¿Cómo es entrenar con Jamie Dwyer y Mark Knowles?

By Sabbie Heesh

Estos últimos días he estado en Perth entrenando con los Kookuburra que no fueron a la Champions Trophy. Puedes imaginar mi emoción al compartir campo con jugadores como Jamie Dwyer, Mark Knowles, Kieran Govers, Matt Ghodes, Fergus Kavanagh, Kyle Brown y Jake Wheton… la lista sigue.

Esta emoción se convirtió rápidamente en un "¡oh no!" esto será embarazoso; ¡ni siquiera voy a ver la bola! Pero, de cara a los Juegos Olímpicos, será mi última oportunidad de mejorar antes de que llegue la hora de la selección, y qué mejor manera de hacerlo que con los mejores de los mejores.

Fui a la primera sesión individual intentando aparentar tranquilidad y sin dejarme intimidar por algunos de mis ídolos. En los primeros minutos me sentí muy bien recibido, como uno más del grupo. Los Kookaburras no solo son súper talentosos, sino también gente realmente simpática. Empecé a pelotear con Kieran Govers, un buen amigo mío. ¡Me enseñó algunos trucos para hacer un tomahawk en solo un minuto! Es increíble cómo una habilidad que practicas cientos de veces puede mejorar tanto en tan poco tiempo gracias a una perspectiva diferente.

Tenía algunas cosas en las que necesitaba trabajar durante la semana, y Mark Knowles me dijo directamente: 'lo que necesites hacer, hagámoslo'. ¿El capitán de los Kookaburras preparándose para los Juegos Olímpicos estando ahí para mí? ¡Qué pasada, ¿verdad?! En fin, no hace falta decir que la primera bola que me pasó perfectamente por delante, en el lateral derecho, salió volando por la banda a una velocidad a la que definitivamente no estaba acostumbrada. Se disculpó rápidamente por su pase perfecto, dándose cuenta de que probablemente no llegaría. Pero después de eso me adapté a la sesión y recibí consejos y trucos sobre cómo mejorar mi recepción de los mejores del mundo. La velocidad a la que juegan y cómo entrenan me enseñó mucho sobre lo que esperan de sí mismos y de los demás para lograr los mejores resultados.

Más tarde me uní a la sesión grupal. El calentamiento parecía una sesión de fitness, ya que yo esprintaba mientras ellos iban y venían tranquilamente. Empezamos con un mini partido, y en mi primer balón hice un pase de campo completo a través de las porterías designadas... los chicos empezaron a animar y a mirarme sorprendidos. Sí, físicamente son muy superiores, pero no iba a dejar pasar la oportunidad. No hace falta decir que después no tuve muchos más pases, pero eso me obligó a tomar decisiones mucho más rápido y a soltar el balón antes, porque si no, se me cerraban las opciones más rápido de lo que estaba acostumbrada.

Se responsabilizaban cuando fallaban y se animaban mutuamente cuando hacían las cosas bien. Estoy muy agradecida por la oportunidad de entrenar con ellos y espero poder aplicar lo aprendido cuando entrene con las Hockeyroos, que no son menos decididas a llegar a lo más alto.

Por Anna Flanagan

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